Ennio Moltedo, obra de Edgar del Canto instalada en Diego Portales al llegar a Cochrane |
El Muelle
El muelle de Caleta Abarca, viejo,
herrumbroso, en verano se volvía
invisible. Bajo el sol completo, hollado
por visitantes, por rondas musicales,
se volvía invisible. Cubierto de colores,
de pañuelos, de ropa amplia, decorados
sus pies de plomo por gotas brillantes,
altas plumas, olas diferentes, el muelle
perdía su peso, cambiaba su color pardo
y se volvía invisible.
Ennio Moltedo
Ennio Moltedo
Ennio Moltedo en Recreo.
He visto obreros y grúas
He visto obreros y grúas
trabajando en el muelle de la Maestranza
hierro oxidado por las olas
pilares hollados por las aguas
mediodía con sus ropas blancas
sonrisas intensas de los niños
barcos bebidos por el océano
manzanas girando entre las bocas
hombres golpeados por la tarde
inquietantes ballenas
indiferencia derramada como espuma
antigua existencia de la ternura
Garibaldi invisible entre los vientos
Moltedo caminando hacia Recreo.
Gonzalo Villar B.
Gonzalo Villar B.
El texto precedente conversa con Ennio Moltedo en: